Todos los que nos movemos en el mundillo en torno a los mercados financieros esperábamos con ganas esta película de Martin Scorsese. Lo que no esperaba yo, personalmente, es la claridad con la que se exponen al público, sin prejuicio alguno, algunos hechos sobre los que reflexionar más allá de la moral, los valores de nuestra sociedad y el dinero.
Y es que "El Lobo de Wall Street" es una película dura en donde saltan a la palestra multitud de cuestiones éticas, empleando como telón de fondo el mundo de Wall Street de finales de los años 80.
Escenas escandalosas de tono más o menos subido acerca del mundo de la prostitución, las drogas, los excesos y la prepotencia que puede, me imagino que en algunos casos, surgir del poder del propio dinero, van sucediéndose voluptuosas a lo largo de las 3 horas de proyección, conviviendo con la narración de las prácticas del día a día y la falta de respeto con las que en muchas instituciones tratan el ahorro y el dinero de los ciudadanos "sin conocimiento financiero". No seré yo quien juzgue, porque los seres humanos somos de base bastante imperfectos, pero sí quiero exponer algunas verdades como puños extraídas de la película de Scorsesse y sobre las que merece la pena reflexionar:
- Los agentes que actúan en los mercados financieros son feroces, se pongan encima la piel que se pongan.
- Lo que les importa a las firmas que comercializan los valores en los mercados financieros es ganar dinero y sólo ganar dinero.
- El dinero que ganan unos sale del bolsillo de otros, luego el que siempre está en peligro es el ahorrador que le confía su capital y ue confía en sus promesas.
- La mayor parte del beneficio de los fondos de inversión se genera a base de comisiones, por lo que lo normal es que siempre insistan para que, en caso de que una operación haya sido buena y hayamos ganado dinero, no ejecutemos esas ganancias, sino que las volvamos a re-invertir dentro del "circuito de dinero".
- En ese sentido, nuestras ganancias no son reales hasta que las ejecutamos. Las estimaciones de nuestra cartera son "cuentos de hadas".
- Una práctica con la que hay que tener cuidado es la de que un gestor se gane tu confianza y, una vez ganada, te anime a hacer inversiones más arriesgadas, en las que, asegura "él mismo ha puesto su propio patrimonio".
- Los que trabajan en este sector no tienen por qué saber lo que vale una empresa (son vendedores de humo) ni les importa: lo que tienen que vender es lo que les dicen que tienen que vender, y de esa transacción sacan su beneficio.
- Lo que vende un vendedor de inversiones es lo que le ponen encima de la mesa, no lo que a tí te conviene
- Entrar en una OPV por “corazonada” o “información pública” es una temeridad. Siempre hay detrás quien ha puesto el precio y quien va a soltar las acciones cuando le convenga.
- Las empresas que operan en los Mercados Financieros tiene como objetivo hacer dinero, no a repartirlo entre los clientes.
- Las estrategias de venta que se emplean por las empresas que te venden productos en el mundo de la bolsa y las inversiones son las mismas que en cualquier otro sector: el objetivo es vender y a cualquier precio, empleando cualquier estrategia.
- La falta de ética a la hora de comercializar productos financieros se aprovecha de nuestra ignorancia y nuestra avaricia. Si la segunda es muy grande, puede llegar a nublar cualquier decisión racional. Y las técnicas de ventas van, precisamente, orientadas a estimular nuestra avaricia, una vez nos encontremos teóricamente dentro de ciertos niveles de confort o seguridad.
Por cierto: para los que no estén familiarizados con este mundo, en toda la película no he visto ni un sólo personaje que identificar como trader , tal y como se entiende el profesional que compra y vende en los mercados financieros para ganarse la vida con su dinero o el de terceros o incluso defender sus ahorros. La historia que se cuenta es la de un vendedor, no la de un trader... un fantástico vendedor que basa sus beneficios no en el análisis sino en la manipulación.
Pero el mercado está lleno de estos lobos, líderes o en manada, ávidos de dinero, que se mueven aprovechando los numerosos resquicios o imperfecciones del sistema. Y algunos de estos lobos se ponen piel de cordero y es difícil distinguirlos en el día a día, incluso porque muchas veces ni siquiera dan ellos la cara, sino que actúan a través de "otros" que, por ganarse el pan, no son ni conscientes de qué tipo de negocio realmente están ofreciendo cuando colocan inversiones ruinosas en manos de sus confiados clientes. Por eso me gusta el trading. Conocimiento y trabajo duro y constante me han ahorrado muchos disgustos y me han permitido manejar mi dinero con soltura, distinguir sendas por las que moverme con cierta seguridad en este escurridizo terreno que es el de los Mercados Financieros ya que, por ahora, es el único en el que podemos movernos para defender nuestro patrimonio de la inflación, puesto que necesitamos dinero para vivir. Ahora, cuando menos, distingo ya muchos lobos a la legua y me divierto observando sus movimientos.
Ya sé que, como poco, les importa un pepino la rentabilidad real de mi dinero.